Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades…¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.

B. DURRUTI

martes, junio 14, 2011

El Neoliberalismo es el nuevo Feudalismo


El Neoliberalismo es el nuevo Feudalismo



Artículos de Opinión | Pedro de los Santos López | 03-06-2011 |
Tras la caída de los poderes centrales, con el inicio de la Alta Edad Media, se produjo la progresiva instauración del, por todos conocido, sistema Feudal. Este se basaba en la debilidad, y práctica inexistencia, de un poder central regulador que fuera capaz de imponer orden sobre las clases poderosas, las que fagocitaban las posesiones de los desfavorecidos, viéndose estos subordinados a las directrices de los Señores. Progresivamente, estos acapararon grandes extensiones de tierras, principal fuente de riqueza y subsistencia de la época. Los campesinos, para su supervivencia, se vieron obligados a vender sus posesiones, en caso de tenerlas, y encomendarse a los grandes señores, los cuales obtuvieron el control económico, una enorme influencia política, y, posteriormente, el poder de jurisdicción, alcanzando así un control absoluto sobre la gran mayoría de la población.

¿Por qué el Neoliberalismo es el nuevo Feudalismo? Progresivamente, en las dos últimas décadas, las grandes corporaciones económicas han ido minando el poder de los gobiernos nacionales. Tras la caída del Muro para el Capital resulta innecesario mantener las coberturas sociales, pues, actualmente, no existe otro modelo político/económico que compita con el Capitalismo. Gracias al control de los medios de comunicación, han ido recortando a navajazos los derechos de la gran mayoría de la población, argumentando el bien para la misma, mientras que, y gracias a la presión que ejerce sobre los gobiernos el mercado global, han cimentado y aumentado su primacía y endogamia económica. Fruto de ello es el progresivo engrandecimiento de las grandes multinacionales, que han atacado y absorbido, cada vez en mayor cantidad, al resto de las empresas.

Ahora el hombre de pie se ve abocado a trabajar para el Capital, pues es la única forma de obtener el dinero necesario para la necesidad humana más básica, la alimentación. Al igual que el campesino medieval hubo de sumirse a la autoridad feudal para así poder disfrutar de un pequeño terreno que le permitiera sobrevivir, el hombre actual ve como cada vez, y en mayor cantidad, las grandes empresas nacionales se privatizan; se recortan puestos funcionariales y sus sueldos; o se rebajan, si no eliminan, sus prestaciones, subsidios, etc., con el objetivo de obligar al ciudadano a bajar la cabeza, y verse sumido a buscar trabajos cada vez peor pagados y en peores condiciones. El objetivo claro es el total control de las grandes multinacionales, la Dictadura del Capital. El poder económico ya lo poseen, el político casi. Pero, podría alguien pensar: yo vivo en un estado de derecho, basado en una constitución, y la justicia está ahí para mirar por los derechos de los ciudadanos. Y un churro. Quien se lea la constitución española verá que el poder judicial se halla completamente subordinado al político.

Pero la tele nos dice que vivimos en un estado democrático, de igualdad, justicia, y prosperidad... De eso nada, y tiempo al tiempo, que si seguimos así poco tardará en llegar el momento en que nazcamos ya endeudados hacia las empresas, y nos veamos encomendados a ellas.

Pedro de los Santos López