Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades…¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.

B. DURRUTI

domingo, noviembre 24, 2013

Ni catalanistas, ni españolistas.


POSCIONAMENT DEL GRUPO ANARQUISTA El ALBADA SOCIAL - FIJL RESPECTO EL BLOQUE NEGRO PARA LA MANIFESTACIÓN DEL 11 DE SEPTIEMBRE EN MATARÓ

Ante la aparición de un "bloque negro" en la manifestación del 11 de septiembre que organiza la izquierda independentista en la ciudad de Mataró creemos oportuno hacer pública la posición de nuestro grupo en relación a la participación de los anarquistas en actos y movilizaciones de carácter nacionalista.

Nosotros tenemos claro que no asistiremos ya continuación expondremos los motivos por los que no lo haremos. Esperamos que nuestra aportación desde la óptica anarquista pueda contribuir a desarrollar una fuerza social de pensamiento y acción que se opongan a la corriente dominante nacionalista. Los partidos políticos de todos los colores, burgueses y pseudo-obreros, de derecha y de izquierda, están alimentando una corriente de pensamiento dominante de carácter patriótico y nacionalista en la que se está ahogando la sociedad catalana y de la que pocos somos capaces de escapar.

Los movimientos nacionalistas tienden a aplicar el siguiente criterio: o estás conmigo o estás contra mí, eres de los míos o eres del pueblo enemigo (o eres catalán o eres español, o eres serbio o eres croata, o eres Ukraina o eres ruso). Cualquiera que decida desmarcarse de los planes y el programa de un movimiento nacionalista es acusado de favorecer y pertenecer al pueblo odiado, al enemigo. No importa el motivo, no hay razones (racionales) que se puedan enfrentarse al sentimiento (irracional) de pertenecer a un pueblo decidido a realizar su hazaña gloriosa.

Nosotros, los anarquistas, no seguimos la corriente dominante catalanista, ni remamos con todas las fuerzas políticas para la independencia de Cataluña, ni nos identificamos con la patria catalana. Por eso nos acusan de españolistas.

Con este texto queremos romper la dualidad catalán-español, independentista-españolista. Simplemente queremos aportar una tercera visión, una nueva vía de superación del conflicto nacional. Queremos superar el conflicto simplemente poniendo la atención sobre el individuo a la hora de constriur una sociedad justa y sin opresión.

SOBRE LA LIBERACIÓN Y LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS

Hoy en día el autoritarismo, en sus diversas formas (capitalismo, patriarcado, religión, estado ...), se extiende por todo el mundo manteniendo sometidos de una u otra forma a la totalidad de los pueblos. A esta fuerza aniquilando y embrutecedora que supone la autoridad se opone la acción y las ideas de las que queremos crear un mundo nuevo basado en la relación fraternal, libre y solidaria entre individuos y sus comunidades: los anarquistas.

En Cataluña se da el caso de que gran parte de la población se identifica con una serie de rasgos lingüísticos y culturales que no corresponden en su totalidad con los valores lingüísticos, morales, religiosos, culturales, tradicionales, artísticos, estéticos y éticos que el Reino de España promociona e impone por igual a todos sus súbditos. Podríamos decir que gran parte de la población catalana se siente parte de un colectivo de personas con las que comparte una manera relativamente similar de hablar, de celebrar las festividades, de comer, de ver el fútbol, ​​de casar las herederas ...

Los que se identifican con este colectivo quizá no tienen demasiado claro cuáles son las características que deben tener las condiciones que se deben cumplir para pertenecer a este club de socios tan heterogéneo, tan amplio, tanto abstracto. Los socios de este club dicen "Yo soy Catalán!" Pero apenas podrían decir qué significa ser catalán, o definir con claridad que es el pueblo catalán.

Ahora bien, los socios, y sobre todo el presidente del club, sí tienen claro como no puedes hablar si quieres ser del club, como no puedes celebrar la navidad y qué equipo de fútbol no puede animar. Para ser catalán puedes hablar como los pijos de Barcelona o como los gitanos de Lleida, pero no puedes hablar como el Quijote, no puedes comer "zarzuela" para "nochebuena", no puedes ser del Madrid, no puedes, no puedes, no puedes ...

Desde la aparición de España (1714), sus élites dominantes han llevado a cabo un plan de homogeneización de la población a nivel cultural y lingüístico consistente en imponer los rasgos culturales y lingüísticos que sólo compartían una parte de los súbditos : los castellanos. Se trata de crear una comunidad homogénea de súbditos que se identifiquen con una lengua única, un rey único, un estado único, una bandera única.

Este proceso de uniformización cultural tiene como víctima a la divestitat y heterogeneidad. Esta relación de dominación, ha provocado históricamente la represión y perssecussió de todos los rasgos culturales y lingüísticos propios de los territorios catalanes.

En oposición a esta represión cultural han surgido también a lo largo de la historia iniciativas sociales y políticas que han reivindicado la autodeterminación del pueblo catalán. Hoy en día esta tensión persiste, aunque con menos brutalidad, y las fuerzas independentistas y nacionalistas catalanas continúan reivindicando la autodeterminación, pero siempre bajo un mismo principio: la creación de un estado catalán. ¿Pero bajo qué forma puede ser realmente libre el pueblo catalán?

Los anarquistas concebimos la libertad como el pleno desarrollo de los individuos en todas sus facetas (intelectual, emocional, cultural, física ...) en el seno de una sociedad libre y solidaria ausente de todo tipo de autoridad. Por lo tanto, rechazamos la idea de que cualquier Estado-nación deba ser la solución a nuestra esclavitud, aunque se autodenomine catalán. Nosotros estamos por la destrucción de todos los estados y no por la creación de nuevos.

El anarquismo propone construir la sociedad centrando la atención en los intereses de cada uno de sus individuos, ya que considera que éstos no han nacido para satisfacer las aspiraciones de terceros, sino por autorrealizarse. Por otra parte, el nacionalismo pretende construir la sociedad y la justicia centrando la atención en los intereses de las naciones. Estas son entidades abstractas construidas en un nivel superior al individuo. En las naciones, los individuos son medios para satisfacer el interés nacional y por lo tanto, en el momento en el que el interés del individuo se opone al interés nacional, la sociedad basada en la nación obliga a la individuo a actuar en contra de su interés y en contra de su voluntad para satisfacer lo más sagrado: la voluntad nacional.

Es así como los soldados a hacer la guerra contra la nación enemiga, dispuestos a dar la vida para salvar la patria.

El nacionalismo catalán, al igual que cualquier otro, tiende a crear una percepción homogeneizadora y simplista de lo que implica haber nacido en un lugar determinado. El propio pensamiento nacionalista, el patriotismo, culpabiliza, excluye y castiga la diversidad cultural (por ejemplo la coexistencia de diferentes lenguas o diferentes identidades dentro de un mismo territorio) concibiendo como una amenaza a la propia identidad que hay que reprimir y controlar. La exaltación patriótica de lo que es propio de un pueblo lleva además muchas veces a querer sostener en el tiempo tradiciones y costumbres que, por anacrónicos o por injustos, tendrían que superar.

La conclusión más clara que sacamos es que cualquier tipo de nacionalismo, incluso el de carácter independentista (por ejemplo el vasco o el catalán) son a su vez centralistas y reprimen las diferencias que existen en su seno, ya que parten de la "nación", olvidando que cada persona es un ente autónomo con unas cuantas características propias que la hacen inigualable a otra persona.

Sobint dos pueblos, dos naciones, se pueden diferenciar principalmente para practicar una religión diferente (serbios-ortodoxos, bosnios musulmanes y croatas-católicos), pero comparten la lengua (serbios, bosnios y mayoría de croatas comparten un habla eslava llamada štokavica, štokavština o štokavski narječe).

En el caso de los catalanes y los castellanos, la lengua es la caractarística determinante, o más evidente a la hora de establecer una diferenciación ya que tanto catalanes como castellanos, tradicionalmente, se han sometido al Papa de Roma.

Durante la historia han habido ejemplos de naciones o pueblos que se han creado y deshecho dependiendo de los intereses políticos de las élites dominantes del momento.

Para crear una nueva identidad nacional que englobe un nuevo estado sólo hay que centrar la atención y darle la categoría de valor nacional, rasgo diferencial, a aquello que es común a todos los territorios del estado. En el caso de la República Socialista Federal de Jugostàvia de Tito, se olvidaron las diferencias en la religión entre Serbia, Bosnia y Cruzados y se construyó la identiat nacional jugoslava en base a la lucha contra el fascismo y la lengua eslava común "serbo -croata ".

Para dividir una nación en dos o más naciones sólo hay que negar aquello que es común y potenciar al máximo lo que diferencia. Para separar los catalanes de los valencianos, se obvian las simil-lituts del habla valenciana con el habla occidental catalana y se centra la atención en las peculiaridades de la lengua de la capital valenciana para trazar la línea divisoria. Para dividir la nación jugoslava en la nación serbia, la nación croata y la nación bosnia bastó recordarle a la población a qué iglesia o mezquita iban los padres de los serbios, bosnios, y croatas.

La creación de las naciones y su evolución está claramente determinada por intereses políticos de las élites dominantes que aplican planes de homogeneización o división de la población potenciando o obviando diferencias y rasgos culturales. Las naciones tal y como las conocemos y sus fronteras han surgido a base de guerras y choques de intereses entre élites de poder de diferentes lugares del territorio.

Los Países Catalanes (Cataluña-norte, Valencia, franjas de Poniente, Principado, Alguer, Baleares) son resultado de la expanció del poder de Jaime I, la limpian étnica en los territorios conquistados a los sarracenos y el establecimiento de población catalana en los territorios anexionats a la corona. Los nacionalistas catalanes, pretenden mantener durante los siglos de los siglos esta status quo heredado de Jaume I así como los nacionalistas castellanos pretenden mantener el status quo heredado de Felipe V.

Tanto unos como otros pretenden aplicar sus planes sobre una determinada población. Pretenden de forma consciente moldear la cultura del país y hacerla evolucionar según sus intereses oponiéndose e intentando evitar el desarrollo natural de los rasgos culturales y lingüísticos de las diferentes comunidades. Para esta transformación cultural planificada se utilizan los medios de comunicación nacionales, se crean estándares lingüísticos, se enseñan los rasgos culturales deseables en las escuelas de todo el territorio por igual o en los extremos se procede a la limpieza étnica potenciando el racismo.

Los anarquistas nos oponemos a cualquier intento de manipulación planificada de la población para la consecución de intereses políticos. Nosotros defendemos la diversidad cultural y lingüística, el mestizatge, el intercambio, la superación de las tradiciones injustas. Defendemos el libre y natural desarrollo de las culturas. Practicamos el respeto a las peculiaridades de cada uno y de cada comunidad.

Es por ello que nos oponemos en España y sus planes de homogeneización artificial y premeditada de la misma manera que nos oponemos al nacionalismo catalán que pretende crear fronteras, catalanizar y construir la justicia social en base a los intereses nacionales.

Sólo combatiendo por igual cualquier tipo de nacionalismo, sea este vasco, español, gallego, catalán o andaluz puede ser mínimamente coherente, porque son todos igual de perniciosos. Y solo partiendo del federalismo y el internacionalismo libertario se puede respetar la autonomía personal, las diferentes culturas autóctonas y las peculiaridades de cada zona sin sacrificar a intereses políticos.

SOBRE LA COLABORACIÓN CON PARTIDOS POLÍTICOS Y OTRAS ORGANIZACIONES QUE APUESTAN POR EL ESTADO COMO INSTITUCIÓN REGULADORA DE LA VIDA SOCIAL

En la manifestación del 11 de septiembre el "bloque negro" irá en compañía del partido político CUP y otras organizaciones sociales como Maulets que apuestan decididamente por la creación de un estado catalán.

Imaginemos que desde el "bloque negro" se reivindicará la libertad de los catalanes sin necesidad de crear un estado propio. Sin embargo, creemos que como anarquistas es una incoherencia asistir a una manifestación donde se reivindica exactamente lo contrario a lo que queremos. Respetamos la voluntad de los compañeros que se manifiestan en el "bloque negro", pero creemos que, en todo caso, sería mucho más adecuada la convocatoria de una movilización propia.

En este caso, como en tantos otros, los partidos políticos y las organizaciones sociales que los apoyan hacen un llamamiento a la unidad de las "fuerzas de izquierdas" contra "el enemigo común" siendo luego ellos quienes se pueden beneficiar en un futuro de éxito de la movilización. Los mismos que, en caso del advenimiento de un estado catalán, no dudarán un momento en reprimir la disidencia anarquista si llegan a gobernar.

SOBRE LOS ACTOS CONMEMORATIVOS Y LAS JORNADAS DE REIVINDICACIÓN HISTÓRICA

Nosotros particularmente no somos muy dados a hacer actos conmemorativos ni exaltar determinadas fechas históricas. Sin embargo, creemos que los anarquistas no deberíamos tener nada que celebrar o conmemorar el 11 de septiembre, y que tenemos fechas mucho mejores para reivindicar la libertad de los catalanes.

El 11 de septiembre que perdió no fue el pueblo catalán sino una determinada familia real, los austrias, que, de la misma forma que los borbones, se había dedicado siempre a esclavizar al pueblo sometiéndolo por el hambre, la religión y la violencia. La pérdida de las instituciones estatales catalanas y de la Corona de Aragón en 1714 no la podemos considerar una pérdida para el pueblo catalán, porque estas sólo sirvieron para mantenerlo sometido y mantener una clase social dominante y explotadora. La verdadera libertad de Cataluña no se dio durante la Corona de Aragón, que además fue un período donde las instituciones catalano-aragonesas ejercieron el imperialismo repugnante sobre diversos territorios del Mediterráneo.

Cataluña fue libre en julio de 1936, cuando el pueblo trabajador, inspirado por las ideas del anarquismo y el anarcosindicalismo se lanzó a la calle a combatir el fascismo, colectivizar los medios de producción ya sustituir las instituciones estatales por organismos revolucionarios. Como anarquistas y como catalanes creemos que si hay una jornada para conmemorar y reivindicar la emancipación y la libertad del pueblo catalán, esta es sin duda el 19 de julio de 1936, no el 11 de septiembre de 1714.

No olvidemos pero que el 19 de julio, los anarquistas no lucharon por la libertad de Cataluña sino por la libertad de los individuos y sus comunidades. La libertad de Cataluña como tal es el resultado y consecuencia de la libertad de todos y cada uno de los individuos que se sienten identificados con la comunidad abstracta que configura "el pueblo catalán".

Grupo Anarquista "L'Albada Social"
Federación Ibérica de Juventudes Libertarias